La pandemia ha incrementado los litigios entre empresas, añadiendo más presión si cabe a los tribunales de justicia, que arrastran desde hace años problemas de saturación. En este contexto, algunas compañías han empezado a recurrir a la mediación y al arbitraje, dos mecanismos alternativos a la vía judicial que pueden suponer un importante ahorro de tiempo y dinero.

Adolfo Díaz-Ambrona, secretario general de la Corte Española de Arbitraje, ha destacado en este reportaje de Radio 5 Todo Noticias (RNE) que la reciente jurisprudencia del Tribunal Constitucional en materia de anulación de laudos “ha contribuido a dar seguridad jurídica y confianza” a las partes que acuden al sistema arbitral español. En este sentido, ha asegurado que se trata de un método de resolución de conflictos que se caracteriza por su agilidad y flexibilidad. 

Por su parte, el presidente del Centro Español de Mediación, Rafael Catalá ha incidido en que, en muchas ocasiones no es necesario que intervenga un juez o un árbitro para poner fin a una disputa comercial, “especialmente en procesos de escasa cuantía”.  Según Catalá, las partes también pueden ser guiadas por un mediador para alcanzar una solución amistosa que, en cualquier caso, nunca cierra las puertas a una futura demanda judicial.

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