10 Abr 2023 Lejos de lo que pueda pensarse, el arbitraje es un mecanismo de resolución de controversias muy dinámico e innovador. Una característica que deriva del principio de libre voluntad de las partes y de la vocación de las instituciones arbitrales por adaptarse adecuadamente a las necesidades de las empresas. Estas son las cinco tendencias que, en opinión de los letrados de la CEA, determinarán en los próximos años la evolución del sector. 1. La consolidación del CIAM como institución de referencia internacional El 25 de julio de 2019, la Cámara de Comercio de España, la Cámara de Comercio de Madrid, y la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje (CIMA) decidieron aliarse creando la Asociación para el Arbitraje Internacional de Madrid a la que se unió la Corte de Arbitraje del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid como socio estratégico. Cabe destacar que, desde la constitución de CIAM y hasta finales del año 2022, el Centro ha administrado un total de 20 casos. Además, ha duplicado el número de procedimientos respecto al año anterior, lo que demuestra la buena acogida que ha tenido el Centro entre la comunidad arbitral internacional. Es previsible que el CIAM continúe expandiéndose y se convierta en una de las instituciones de referencia para celebrar arbitrajes internacionales, en especial en el ámbito de países iberoamericanos y europeos. La doctrina del Tribunal Constitucional en apoyo del arbitraje, la fuerte demanda de arbitrajes en español y las notables infraestructuras de la capital española contribuirán de forma relevante a consolidar esta tendencia en los años venideros. 2. Digitalización de expedientes y audiencias Las nuevas tecnologías han revolucionado todas las actividades económicas incluyendo el arbitraje, cuya digitalización ha experimentado un fuerte avance a raíz de la pandemia de la Covid-19. La emergencia sanitaria del año 2020 prácticamente obligó a la mayoría de instituciones a incorporar la gestión digital de los procedimientos (que, en gran medida, ya era digital) y a prever reglamentariamente la celebración de audiencias virtuales, ante la necesidad de mantener su actividad y seguir prestando los mismos servicios a los usuarios. Como consecuencia de ello, muchas de estas instituciones (incluida la CEA) han adaptado su normativa para incluir expresamente la posibilidad de celebrar audiencias virtuales. A las audiencias virtuales, se suma la aparición de plataformas de gestión virtual (como la que disponemos en la CEA) que permiten a los usuarios consultar su expediente o presentar documentación, con la misma validez que si lo hicieran en persona y con la comodidad y ahorro de costes que ello conlleva. 3. Arbitrajes en el metaverso El metaverso es un entorno virtual que permite interactuar y realizar transacciones on line. Esto quiere decir que se puede desarrollar cualquier tipo de actividad del día a día, desde el ocio (videojuegos, e-sports, esparcimiento, eventos culturales) hasta negocios (inversiones, adquisiciones de empresas o propiedades, transacciones), pasando por la interacción social. Se espera que, en 2026, el mercado global del metaverso mueva 750 millones de euros, lo que supone una enorme oportunidad para las empresas y, en concreto, para aquellas interesadas en comercializar nuevos productos y servicios digitales. Aunque actualmente el metaverso está en sus inicios, ya han surgido los primeros problemas legales netamente relacionadas con él. El arbitraje es una herramienta idónea para resolver estas disputas digitales gracias a la gran flexibilidad que ofrece. Además, son muchos los expertos que defienden la posibilidad de llevar a cabo arbitrajes en el metaverso, pues se adapta a la perfección a la casuística arbitral, especialmente en el ámbito del arbitraje internacional. En definitiva, el metaverso representa un mundo de oportunidades tangibles para el sector del arbitraje que, de ser aprovechados, pueden colocarle en una situación de ventaja competitiva respecto a la vía judicial ordinaria. 4. Reducción del impacto ambiental del procedimiento arbitral La relación entre la digitalización, la sostenibilidad y el arbitraje es muy estrecha. Por ejemplo, la celebración de audiencias virtuales contribuye al objetivo de mitigar las consecuencias del cambio climático al evitar desplazamientos. En definitiva, ayudan a reducir considerablemente la huella de carbono de cada persona. No obstante, hay iniciativas que van más allá y que pretenden consolidar compromisos concretos de sostenibilidad por parte de las instituciones arbitrales. En esta línea, destaca la campaña Greener Litigation Pledge, lanzada el 28 de junio de 2021. Con ella se persigue concienciar a la comunidad arbitral de la necesidad de administrar los arbitrajes de una forma más amigable con el medio ambiente y reducir la huella de carbono de estos procedimientos. ¿Cómo? Reduciendo el consumo de papel, evitando el uso de plásticos, limitando los viajes y las estancias en hoteles, etc. 5. Mayor diversidad étnica, cultural y de género En los últimos años ha habido un incremento constante en el número de mujeres designadas como árbitras en arbitrajes administrados por las principales instituciones. Sin ir más lejos, en la CEA las mujeres representan ya el 35% de las designaciones y el 40% de los órganos de decisión. El fenómeno se debe, en buena medida, a iniciativas como el Equal Representation in Arbitration (ERA) Pledge y el ArbitralWomen, Woman Way in Arbitration (WWA Latam). Sin embargo, las estadísticas nos demuestran que todavía hay mucho camino por recorrer hasta alcanzar una representación de la mujer justa y proporcional a la realidad del sector. También hay mucho margen de mejora en todo lo relativo a la diversidad geográfica, racial y de edad. Conceptos todos ellos muy importantes para que el arbitraje sea percibido como un mecanismo equitativo y adaptado al siglo XXI. La comunidad arbitral está llevando adelante iniciativas para abordar objetivos de diversidad más amplios. En este sentido, cabe mencionar el ERA Pledge, que ha establecido subcomités centrados en la promoción de mujeres árbitras de diferentes orígenes raciales y étnicos, incluyendo África, Asia, Medio Oriente y América Latina. Y en el 2022, el GAR Pledge Award se expandió para reconocer y celebrar iniciativas de diversidad que transcienden al género.