El Pleno de la Corte Española de Arbitraje y su presidenta, Elena Otero Novas, manifiestan su profundo pesar por el fallecimiento del presidente del Club Español del Arbitraje, Carlos de los Santos.
El sistema arbitral español cumple todos los requisitos para convertirse en un referente en la resolución de conflictos internacionales, dentro del ámbito de países latinoamericanos. Así se ha puesto de manifiesto en la jornada on line organizada por la Cámara de Comercio de España, la Cámara Oficial de Comercio de España en Colombia y el Centro Internacional de Arbitraje de Madrid (CIAM) dentro del ciclo “El Arbitraje, un aliado para la competitividad de las empresas”.
En 2021 se cumple el 40 aniversario de la Corte Española de Arbitraje (CEA), la entidad arbitral más antigua de nuestro país. Integrada orgánicamente en la Cámara de Comercio de España, la CEA nace en 1981 con la vocación de ofrecer a las empresas una alternativa eficiente y rápida para solucionar sus conflictos, al margen de los tribunales ordinarios de justicia.
La pandemia ha incrementado los litigios entre empresas, añadiendo más presión si cabe a los tribunales de justicia, que arrastran desde hace años problemas de saturación. En este contexto, algunas compañías han empezado a recurrir a la mediación y al arbitraje, dos mecanismos alternativos a la vía judicial que pueden suponer un importante ahorro de tiempo y dinero.
El secretario general y el director jurídico de la Corte Española de Arbitraje (CEA), Adolfo Díaz-Ambrona y Fernando Cabello de los Cobos, han participado en el prestigioso “Anuario de Arbitraje 2021”, editado por Thomson Reuters España. Su aportación ha consistido en un artículo en el que hacen balance de las diferentes medidas implementadas por las instituciones arbitrales españolas para hacer frente al Covid-19 y sus consecuencias jurídicas y económicas.
“Tras el espaldarazo reciente del Tribunal Constitucional, hay una seguridad jurídica en España que da una confianza total al usuario. Además, en España la ejecución de laudos funciona de maravilla. Eso ofrece una seguridad y una confianza que, a día de hoy, no creo que seamos peores que las grandes plazas”